Michel.

      Nació en el año 983 d.C. en una pequeña aldea en la Provincia de Saint Rémy en Francia. Su nombre completo es Michel d'Évreux, hijo de Diègue y Adrianne; ingresó en la orden de Cluny debido a que eran ocho hermanos y él era el más débil, además de sentirse atraido por la vida religiosa y la austeridad y espiritualidad de los monjes de la abadía de Saint Paul de Mausole. Siempre vestido con el atuendo negro típico de los monjes cluniacenses, Michel era conocido en la abadía por su joven edad y su figura alta y delgada.

      A los 14 años, mientras se encontraba en el scriptorium copiando los libros más antiguos, los húngaros atacaron la abadía de Saint Paul de Mausole y mataron a todos los monjes menos a él, que consiguió escapar llevando consigo un libro escrito por Bernardo de Turingia. En este libro, Bernardo hablaba de la llegada del fin del mundo y el anticristo en el año mil, y que para salvarse la humanidad debería invocar al Espíritu del Tiempo. Para ello deberían reunir los tres ejes sobre los que se sustenta la Rueda del Tiempo. Gracias a los comentarios de Bernardo en su libro y de Mattius, un extraño juglar que decide acompañar a Michel en su viaje consiguen salvar a la humanidad a cambio de un alto precio.

      En su viaje, Michel se fortalece y se da cuenta de que la vida fuera del monasterio es muy distinta a como se la habían enseñado en su ya destruida residencia. Pasa de ser un débil e inocente joven monje, a ver la realidad del mundo, la miseria, la injusticia y la pobreza que asola el mundo; todo ello lo ayuda a madurar y a pensarse repetidamente a lo largo de su viaje si de verdad tiene sentido su misión hacia la salvación de la humanidad. Esto también le sucede a su amigo y acompañante Matthius, quien empieza el viaje con la idea de ayudar al joven monje a llegar a Aquisgrán, y cuando lo consiguiera, dejarlo allí y volver a su vida de juglar solitario. Sin enbargo termina tomándose la religión más en serio además de unirse a Lucia, una joven gallega empeñada en ser juglaresa, y tener un hijo en común.

      Tras pasar tres años buscando los ejes, Michel muere en el círculo de piedra también conocido como Stonehenge, al sacrificar su vida para que el espíritu del tiempo le diera a la humanidad mil años más de vida. Esto pasó al amanecer del día 1 de Enero del año 1000 d.C.