Su nombre completo era Vicente Buero Canseco, nació el 7 de agosto de 1937 en Madrid y murió el 19 de septiembre de 1967 en la misma ciudad.
Tuvo una infancia muy complicada, marcada, sobre todo, por la Guerra Civil. Él y su familia pertenecían al bando comunista y, tras perder el enfrentamiento, se vieron obligados a huir de Madrid. Cuando estaban en la estación de tren, tuvo lugar un hecho que dejó marcado a su padre para siempre.
Sólo había un ferrocarril para abandonar la ciudad, por lo que todos los allí presentes intentaron subir a él. Vicente, al ser pequeño, se pudo colar y subir al tren. El resto de su familia no tuvo la misma suerte. Cuando el joven subió al vehículo, se llevó consigo todas las pertenencias y provisiones que poseían. Debido a esto, su hermana pequeña, Elvirita, de unos meses de edad, murió a los pocos días. El hermano menor, Mario, siempre culpó a Vicente de su muerte.
Los padres y el pequeño de la familia tuvieron que habitar en un sótano para no ser descubiertos por el bando vencedor de la guerra.
Vicente, a pesar de todo lo ocurrido, siempre fue el predilecto de su madre, Dña. Remedios; por eso, cuando el muchacho regresó, no fue castigado, ni se le reprochó nada. Sus vidas continuaron como antes.
Al poco tiempo, cuando el joven alcanzó la mayoría de edad, decidió abandonar su casa y a su familia para trabajar y tener una vida propia. Esto tuvo como consecuencia que su padre enloqueciera. El hombre se pasaba el día recortando postales e investigando quiénes eran las personas que aparecían en ellas.
Cuando Vicente regresó con sus padres, ya era un hombre con un buen trabajo, con el que ganaba bastante dinero. Sin embargo, Mario descubrió unos negocios ocultos que su hermano tramaba en su oficina. Sus frecuentes visitas al trabajo de Vicente dieron lugar a que se enamorara de Encarna, su secretaria y, al poco tiempo, se hicieron novios. Esto no gustó a Vicente, que se enfadó con su hermano.
Después de una gran discusión, descubre que Encarna está embarazada, ya que mientras trabajaba para él también era su amante.
El joven decide hablar a solas con su padre para pedirle perdón por haberle hecho enfermar y por llevarse la comida de Elvirita. El anciano, en un arrebato de furia, clava unas tijeras sobre su hijo y éste muere. Como consecuencia, el padre entra en prisión.
Encarna y Mario se casan y cuidan juntos al niño. La madre les ayuda siempre que puede. Vicente les protege desde el cielo.
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